"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

miércoles, julio 31, 2013

Los amantes postmodernos



La trilogía de Richard Linklater -Antes del amanecer, Antes del atardecer, Antes del anochecer- es un monumento cinematográfico casi sin parangón. Asociamos "monumento" a una construcción elefantiásica, rocosa, de tendencia fascistoide. Sin embargo, para que algo sea memorable por su mérito excepcional no hace falta que sea inmenso como una pirámide de Egipto sino que puede ser liviano y frágil al estilo del busto en caliza y yeso de Nefertiti.  Y tan eterno.

Antes de... recoge, implícita y en ocasiones explícitamente, una tradición cinematográfica consistente en seguir los paseos habladores de una pareja de enamorados. De Te querré siempre (Rossellini) a Harold y Maude (Ashby) pasando por Dos en la carretera (Donen), El Padrino (si la contemplamos, lo que es fácil para los que creemos que la tercera entrega es la mejor, como una historia de amor entre Michael y ), El amor después del mediodía (Rohmer)Robin y Marian (Lester) o El fuego y la palabra (Brooks).

Precisamente esta última comenzaba con un Burt Lancaster desatado al proclamar que "el amor es la estrella de la mañana y la tarde". Y entre las dos estrellas, que en realidad es una sola. Aunque, como aprendimos con Frege, la referencia de la estrella matutina y vespertina sea la misma, sus sentidos difieren. Y, del mismo modo, Linklater nos muestra en su trilogía que aunque la referencia del amor sea idéntica, sin embargo su sentido se va transformando, al tiempo que evolucionan los cuerpos y las mentes, el deseo y la atracción.



La mayor parte de las conversaciones son cháchara intrascendente, llena de clichés que nos convierten en rutina predecible y manejable, tranquilizadora, el flujo de conciencia -sentimientos, emociones, pensamientos, imágenes- volcánico, creativo, destructor, contradictorio, esperanzador, apocalíptico en que consiste nuestra vida interior, esa que mostramos al público, a nosotros mismos, como una máscara hierática tras la cual se agita, convulsa, un mutable icono de Rorschach.  El diálogo sostenido entre Hawke y Delphy, a ratos devastador, en otros tierno, un poco más allá vitriólico y por acá profundamente enamorado, configura ante la cámara a la altura de los ojos de los protagonistas, de los pezones de Delphy y la barba de Hawke, un retrato lleno de suspense, desasosegante en su mayor parte y esperanzador sin embargo al final, como las buenas historias de amor que he citado, de la amistad erótica entre un hombre y una mujer, ese monstruo de cuatro patas del que hablaba Platón en El banquete y cuyo misterio aún seguimos investigando, entre el gozo y el tormento, la pasión y el extásis, el dolor de una fusión que se anhela eterna y resulta breve como una estrella fugaz.

Sería un prodigio, casi un milagro, que el ménage a trois entre Linklater, Delphy y Hawkes nos pudiesen ofrecer un Antes de la jubilación y Antes de la muerte que, sospecho, se parecería más a la amarga,  Saraband (Bergman) que a la ampulosa, falsa y sobredirigida Amour (Hanecke).  En cualquier caso, es maravilloso contemplar como el cinematógrafo es capaz en contadas ocasiones de ofrecernos la verdad a 24 fotógramas por segundo.



4 comentarios:

Capitán Haddock dijo...

Leída su crónica, parece recomendable ver la película. Ahora, a encajar a las niñas e ir al cine, con mi mujer, que es otra enamorada de la saga (el matrimonio es algo más que compartir pesadas y cotidianas tareas, como algunos cínicos creen; también se comparten cosas sublimes - incluidos a veces los hijos, claro).

Por cierto, menudo título antilírico le ha salido: Antes de la jubilación. Se me ocurre otra: durante el cobro de las rentas del fondo de pensiones.

Melchorgaspar dijo...

Estaba leyendo el artículo, he llegado a esta frase: "El Padrino (si la contemplamos, lo que es fácil para los que creemos que la tercera entrega es la mejor...)",y he dado un respingo que se me ha caído la peluca y ha dejado el suelo perdido de polvo de arroz. Es la primera vez que encuentro a alguien que piensa lo mismo que yo (aunque con más conocimientos).Las dos primeras, fantásticas, son más solemnes. Aquí la luz siciliana lo matiza todo y el halo crepuscular beneficia al final de la serie. Ese Altobello, esa Connie, esa "Cavalleria rusticana", ese primer asesinato óptico de la historia... Michael, cuando le entrega el poder a Vincent, tiene la misma cara consumatum est que Mourinho en la última final de Copa.
En fin, estoy muy contento de que coincidamos. No quiero tentar la suerte y no mentaré la Guerra de las Galaxias y cuál de las dos trilogías me parece mejor...
Melchorgaspar [el de La Peluca de Jovellanos]

Anónimo dijo...

Tu problema siempre ha sido que eres Otro cocainomano del namedropping academico y mas on esta era historica de torrents en la que ha triunfao la polla hipster de Marco materazzi, Sealab 2021, y futurama ya que a la contracultura el capital no absorbe si no es a base de multas copyright automaticas.

Libertariano dijo...

La jubilación es un período clave en la vida de las parejas modernas. Porque antes se morían casi inmediatamente después pero ahora pueden sobrevivir a la misma 30 años...

Mis secuencias favoritas del Padrino son todas las de Michael junto a su mujer (y su novia italiana. También la muerte de Vito). En su momento no comprendí la 3ª parte pero con el paso del tiempo, y los visionados, se me ha ido agigantando.

Desde Platón, Materazzi, escribir es citar.